La democracia está en permanente evolución. Actualmente, se debate entre los modelos representativos y los participativos. En la superación del dilema emerge la democracia líquida. Con la inclusión de internet, el nuevo paradigma construye el ágora política perfecta en tres modalidades: la democracia directa; la intervención ciudadana sin representantes partidarios en espacios ganados por partidos políticos; y las legislaturas conformadas por representantes proxies ad hoc. El modo líquido, con las aportaciones de internet, solventa el multiculturalismo y la deliberación exigidos por las migraciones de hoy. Además, para terminar con el letargo ciudadano, despierta algunas pasiones políticas detonantes de la participación. |