Argentina, a lo largo de casi dos siglos, se proyectó para los belgas a la vez como un destino americano y un renacimiento europeo, una tierra lejana y casi exótica, pero también próxima y familiar. Ya en los años 60 del siglo passado Amberes consideraba a Buenoseer, de zusterstad, Buenos Aires, la ciudad hermana. Hoy día decenas de miles de belgas pueden encontrar en su pasado familiar algún vínculo con el Rio de la Plata. No menos numerosos deben ser los argentinos con algun antepasado o recuerdo en Bélgica. |